16 de abril de 2013

SNC: Cubiertas del encéfalo y médula espinal


El sistema nervioso central (SNC) está formado por el encéfalo y la médula espinal, es el principal integrador de la aferencia sensitiva y la eferencia motora. Es capaz de evaluar la información que recibe del medio y de formular respuestas.

Cubiertas del encéfalo
Tanto el encéfalo como la médula espinal son estructuras delicadas y vitales, de modo que la naturaleza los ha dotado de cubiertas protectoras. La cubierta exterior -los huesos craneales- encierran el encéfalo, mientras que las vértebras encierran a la médula espinal. La cubierta interior consiste en un conjunto de membranas denominadas meninges, tres capas distintas componen las meninges:
- Duramadre
- Aracnoides
- Piamadre
La duramadre está formada por un fuerte tejido fibroso, y sirve como capa exterior a las meninges. La aracnoides es una membrana delgada y delicada que se encuentra entre la duramadre y la piamadre: ésta última está adherida a la superficie exterior del cerebro y de la médula espinal y contiene los vasos sanguíneos.
Existen varios espacios entre las meninges y alrededor de ellas. Tres de los cuales son:
- Espacio epidural: está inmediatamente fuera de la duramadre pero dentro de las cubiertas óseas del encéfalo y la médula espinal.
- Espacio subdural: se sitúa entre la duramadre y la aracnoides. El espacio subdural contiene una pequeña cantidad de líquido seroso lubricante.
- Espacio subaracnoideo: se encuentra debajo de la aracnoides y fuera de la piamadre, en este espacio se halla una cantidad significativa de líquido cefalorraquídeo.

Líquido cefalorraquídeo (LCR)
Además de sus cubiertas óseas  membranosas, la naturaleza ha protegido al cerebro y a la médula espinal frente a las lesiones, dotándolos de una amortiguación líquida alrededor de los órganos y dentro de ellos. Hablamos del LCR, no obstante, también es un depósito de líquido circulante que junto con la sangre sirve al encéfalo para monitorizar las alteraciones del medio interno.
El LCR se encuentra en el espacio subaracnoideo, los grandes espacios llenos de líquido dentro del cerebro se llaman ventrículos y son cuatro. Dos de ellos, los ventrículos laterales, se localizan uno en cada hemisferio cerebral; el tercer ventrículo se encuentra por debajo y dentro de los ventrículos laterales; el cuarto ventrículo es un diminuto espacio situado en el lugar donde el cerebelo se adosa a la cara posterior del tronco del encéfalo.

Médula espinal
La médula espinal está dentro del canal vertebral, extendiéndose desde el agujero occipital al borde inferior de la primera vértebra lumbar. La médula no ocupa por completo el conducto raquídeo, que también contiene las meninges, el LCR, un almohadillado de tejido adiposo y los vasos sanguíneos.
La médula espinal es un cilindro ovalado que se adelgaza ligeramente de arriba hacia abajo y que tiene dos engrosamientos, uno en la región cervical y otro en la lumbar. Dos profundos surcos, el medio anterior y el medio posterior, dividen a la médula en dos mitades casi simétricas.
Dos haces de fibras nerviosas, denominadas raíces nerviosas, salen de cada lado de la médula espinal. Las fibras de la raíz nerviosa dorsal llevan información sensitiva a la médula espinal; las fibras de la raíz nerviosa ventral sacan de la médula información motora. A cada lado de la médula espinal se unen las raíces nerviosas para formar un solo nervio mixto llamado nervio raquídeo.
Funciones de la médula espinal: La médula espinal realiza dos funciones generales, proporciona vías de conducción de dos direcciones y sirve como integrador o centro reflejo de todos los reflejos espinales.
Los tractos de la médula espinal proporcionan vías de conducción de dos direcciones al y desde el encéfalo. Los tractos ascendentes conducen impulsos que suben por la médula al encéfalo; los tractos descendentes conducen impulsos que bajan por la médula espinal desde el encéfalo. Los tractos son organizaciones funcionales en cuanto que todos los axones que componen a un tracto sirven a una función general; por ejemplo, las fibras del tracto espinotalámico sirven a una función sensitiva, transmiten impulsos que producen las sensaciones de tacto grosero, dolor y temperatura.
La médula espinal sirve también de centro de reflejo de todos los reflejos espinales. El término centro reflejo quiere decir el centro de un arco reflejo en el que impulsos sensitivos centrípetos se convierten en impulsos motores centrífugos. Son estructuras que cambian los impulsos de neurona aferentes a eferentes. Los centros de reflejos espinales están situados en la sustancia gris de la médula.


SISTEMA NERVIOSO: Sinapsis y neurotransmisores


La sinapsis es el lugar donde se transmiten los impulsos de una neurona, denominada neurona presináptica a otra conocida como neurona postsináptica. La sinapsis la forman tres estructuras: el botón sináptico, la hendidura sináptica, la membrana plasmática de la neurona postsináptica.
El botón sináptico es una diminuta protuberancia en el extremo de una rama terminal del axón de una neurona presináptica, cada botón contiene numerosas vesículas en las cuales se alojan moléculas de un compuesto químico llamado neurotransmisor.
La hendidura sináptica es el espacio entre el botón sináptico y la membrana plasmática de la neurona postsináptica.
La membrana plasmática de una neurona postsináptica tiene moléculas proteicas incluidas en ella enfrente de cada botón sináptico, que sirven como receptores a los que se fijan las moléculas de neurotransmisor.
El impulso nervioso que ha recorrido la longitud de la neurona se detiene en sus terminales axónicos, como los impulsos nerviosos no pueden atravesar la hendidura sináptica, en su lugar se liberan neurotransmisores del botón sináptico, atraviesa la hendidura sináptica y provocan una respuesta de la neurona postsináptica.
El mecanismo de transmisión sináptica comprende la siguiente sucesión de acontecimientos:
1. Cuando llega un impulso nervioso al botón sináptico se abren los canales de Ca++
2. El aumento de concentración intracelular de Ca++ causa la liberación de neurotransmisores a través de la hendidura sináptica
3. Los neurotransmisores se fijan a receptores de la membrana postsináptica, haciendo que se abran ciertos canales:
Excitadores
a) Se abren los canales de Na+ y K+
b) Na+ entra más rápido de lo que sale K+, haciendo que el interior de la membrana postsináptica sea más positivo
c) Esta despolarización genera un potencial excitador que si alcanza cierto umbral se inicia un impulso nervioso.
Inhibidores
a) Se abren los canales de K+ y/o Cl-
b) La salida de K+ y la entrada de Cl- hace que la membrana postsináptica sea menos positiva
c) Esta hiperpolarización genera un potencial inhibidor que impide que se llegue al potencial umbral, inhibiéndose así la iniciación de un impulso nervioso.
4. Una vez fijado el neurotransmisor a sus receptores postsinápticos, su acción termina rápidamente; algunas moléculas de neurotransmisor vuelven a los botones sinápticos, donde pueden empaquetarse de nuevo en vesículas y reutilizarse. Otras moléculas de neurotransmisor se metabolizan en compuestos inactivos por enzimas sinápticas.



Neurotransmisores
Los neurotransmisores se suelen clasificar por su función y por su estructura química, dependiendo del contexto en el que se exponen.

Funcionalmente se pueden clasificar en: neurotransmisores inhibidores y neurotransmisores excitadores. Otra forma de clasificar a los neurotransmisores por su función es identificar el mecanismo por el que producen un cambio en la neurona postsináptica o efector. Químicamente los neurotransmisores pueden agruparse en cuatro clases: acetilcolina, aminas, aminoácidos y neuropéptidos.
-          Acetilcolina
La acetilcolina (ACo) se sintetiza en las neuronas por combinación de acetil-coenzima A con colina. Las membranas postsinápticas contienen la enzima acetilcolinesterasa, que inactiva rápidamente la acetilcolina fijada a receptores postsinápticos. Las moléculas de colina liberadas por esta reacción son transportadas de nuevo a la neurona presináptica, donde se combinan con acetato para formar más ACo.
-          Aminas
Se sintetizan a partir de moléculas de aminoácidos. Las aminas incluyen los neurotransmisores serotonina e histamina y también los neurotransmisores de la subclase catecolamina, dopamina, adrenalina y noradrenalina. Los neurotransmisores amina se encuentran en diversas regiones del encéfalo, donde afectan el aprendizaje, las emociones, el control motor y otras actividades.
-          Aminoácidos
Los aminoácidos se encuentran en todas las células del cuerpo, donde se utilizan para sintetizar diversas proteínas estructurales y funcionales; en el sistema nervioso se almacenan en las vesículas sinápticas y se utilizan como neurotransmisores. Muchos biólogos actuales opinan que los aminoácidos se encuentran entre los neurotransmisores más frecuentes del SNC, siendo algunos (por ejemplo el ácido glutámico) responsables de hasta el 75% de las señales excitadoras del encéfalo.
-          Neuropéptidos
Los neuropéptidos son cordones cortos de aminoácidos denominados polipéptidos. Dos subclases de neuropéptidos, las encefalinas y las endorfinas, se fijan a los receptores de opiáceos, sirven para aportar opiáceos propios del cuerpo y ejercen importantes efectos antidolorosos en el cuerpo.







4 de marzo de 2013

SISTEMA NERVIOSO: Arco reflejo e impulso nervioso


Básicamente, el arco reflejo es una vía de conducción de impulsos al y desde el sistema nervioso central (el encéfalo y la médula espinal). La forma más frecuente de arco reflejo es el arco de 3 neuronas, consta de una neurona aferente o sensitiva, una interneurona y una neurona eferente o motora.
Las neuronas aferentes conducen impulsos al sistema nervioso central desde receptores sensitivos del sistema nervioso periférico; las neuronas eferentes conducen impulsos desde el sistema nervioso central a los efectores (tejido muscular o tejido glandular); las interneuronas conducen impulsos desde las neuronas aferentes hacia o hasta las neuronas motoras.
En su forma más simple, el arco reflejo consta de una neurona aferente y otra eferente, en lo que se denomina arco de dos neuronas. En esencia, un arco reflejo es una vía de conducción del impulso desde los receptores al sistema nervioso central y luego a los efectores.


Impulsos nerviosos
Las neuronas son peculiares entre las células porque inician y conducen señales denominadas impulsos nerviosos. Es decir, las neuronas presentan excitabilidad y conductividad.
Un modo de describir un impulso nervioso es decir que es una onda de oscilación eléctrica que recorre la membrana plasmática.
Todas las células, incluidas las neuronas, mantienen una diferencia en la concentración de iones a través de sus membranas; existe un ligero exceso de iones positivos en el exterior de la membrana y un ligero exceso de iones negativos en el interior de la membrana. Esto origina una diferencia de carga eléctrica a través de las membranas plasmáticas denominada potencial de membrana; cuando cargas eléctricas opuestas están separadas por una membrana, tienen el potencial de moverse hacia un lado y hacia el otro de esa membrana, si son capaces de atravesarla.
La membrana que presenta un potencial de membrana se dice que está polarizada, es decir, tiene un polo positivo y un polo negativo.
Cuando la neurona no está conduciendo impulsos, se dice que está “en reposo”, el potencial de membrana mantenido por una neurona que no está conduciendo impulsos se llama potencial de membrana en reposo.
La excitación de la neurona ocurre cuando un estímulo provoca la apertura de los canales de Na+ adicionales que permiten entrar más Na+ en la célula. Al disminuir el exceso de iones positivos fuera de la membrana, se reduce la magnitud del potencial de membrana. Este movimiento del potencial de membrana hacia cero se denomina despolarización. En la inhibición, un estímulo provoca la apertura de canales de K+; al difundir más K+ fuera de la célula, aumenta el exceso de iones positivos fuera de la membrana plasmática, incrementándose la magnitud del potencial de membrana. El movimiento del potencial de membrana alejándose de cero se denomina hiperpolarización. Una vez alcanzado el máximo potencial de acción, el potencial de membrana empieza a regresar al reposo en un proceso llamado repolarización.
Resumiendo, los pasos que se llevan a cabo en la transmisión de un impulso nervioso son los siguientes:



3 de marzo de 2013

SISTEMA NERVIOSO: neuroglia, neurona, nervios y fascículos nerviosos


Dos tipos principales de células forman el sistema nervioso, las neuronas y la neuroglia.
Las neuronas son células excitables que conducen los impulsos que hacen posible todas las funciones del sistema nervioso; la neuroglia o células neurogliales no conducen información ellas mismas, pero apoyan de diversas maneras la función de las neuronas.
Neuroglia
A diferencia de las neuronas, conservan su capacidad de división celular durante toda la madurez; aunque esta característica las capacita para reemplazarse a sí mismas, también las hace susceptibles a anomalías en la división celular, por ejemplo, el cáncer.
Existen cinco tipos principales de neuroglia: astrocitos, microglia, células ependimarias, oligodendrocitos y células de Schwann.
Astrocitos: son células con forma estrellada, constituyen el tipo de neuroglia mayor y más numeroso. Telas de astrocitos forman vainas ceñidas en torno a los capilares sanguíneos del encéfalo, éstas vainas y las uniones entre las células endoteliales de los capilares encefálicos constituyen la denominada barrera hematoencefálica.
Microglia: está formada por células pequeñas, generalmente estacionarias. Sin embargo, en el tejido encefálico inflamado o en degeneración, la microglia aumenta su tamaño, se mueve y ejerce fagocitosis para destruir microbios y restos celulares.
Células ependimarias: son neuroglia que forman finas capas que tapizan cavidades llenas de líquido del encéfalo y médula espinal.
Oligondendrocitos: son menores que los astrocitos y tienen menos prolongaciones; sirven para mantener unidas las fibras nerviosas y para producir la vaina de mielina grasa que rodea las fibras nerviosas del SNC.
Células de Schwann: sólo se encuentran en el SNP en el que soportan las fibras nerviosas y forman una vaina de mielina a su alrededor, ésta vaina está formada por capas de membrana de células de Schwann que contienen la sustancia grasa y blanca llamada mielina. Los intersticios microscópicos de la vaina entre células de Shwann adyacentes se denominan nódulos de Ranvier.
Neuronas
Todas las neuronas constan de un cuerpo celular (también denominado soma) y al menos dos prolongaciones (un axón y una o más dendritas) a las que se suele denominar fibras nerviosas.
El cuerpo celular contiene un núcleo, citoplasma, diversos orgánulos y una membrana plasmática encierra toda la neurona; extendiéndose por el citoplasma existen finos hilos denominados neurofibrillas.
Las dendritas se ramifican extensamente desde el cuerpo celular; los extremos distales de las dendritas de las neuronas sensitivas se denominan receptores, porque reciben los estímulos que inician los impulsos nerviosos. Las dendritas conducen impulsos al cuerpo celular de la neurona.
El axón de la neurona es una prolongación única que se extiende desde la eminencia axónica. Los axones conducen impulsos lejos del cuerpo celular; aunque la neurona tiene  sólo un axón, éste suele tener una o más ramas denominadas colaterales axónicos. Por otra parte, las puntas distales de los axones forman ramas llamadas telodendrias, que terminan en botones sinápticos.

Clasificación estructural de las neuronas
Según el número de sus prolongaciones hay 3 tipos de neuronas:
- Unipolar: se originan en el embrión en forma de neuronas bipolares, pero en el curso del desarrollo sus dos prolongaciones se fusionan en una.
- Bipolar: solo tienen un axón y una dendrita.
- Multipolar: solo tienen un axón pero varias dendritas.
Clasificación funcional de las neuronas:
Según el sentido en que conducen los impulsos hay 3 tipos de neuronas:
- Neuronas aferentes: transmiten impulsos nerviosos a la médula espinal o al encéfalo.
- Neuronas eferentes: transmiten impulsos nerviosos desde la médula espinal o el encéfalo hacia los músculos y glándulas.
- Interneuronas: conducen impulsos de neuronas aferentes hacia o hasta las neuronas eferentes; las interneuronas se encuentran completamente dentro del SNC.

Nervios y fascículos nerviosos
Los nervios son haces de fibras nerviosas periféricas que se mantienen juntas por capas de tejido conjuntivo.
Rodeando a cada fibra nerviosa, existe una delicada capa de tejido conjuntivo fibroso denominada endoneurio. Los haces de fibras, llamadas fascículos, se mantienen juntos por una capa de tejido conjuntivo, que se conoce como perineurio. Numerosos fascículos, junto con los vasos sanguíneos que los nutren, se mantienen juntos y forman un nervio completo envuelto por una cubierta fibrosa denominada epineurio. Dentro del SNC, los haces de fibras nerviosas se llaman fascículos y no nervios.
Existen haces de fibras mielínicas que consituyen la llamada sustancia blanca del sistema nervioso; en el SNP, la sustancia blanca está formada por nervios mielínicos, y en el SNC por fascículos mielínicos. Cuerpos celulares y fibras amielínicas forman la sustancia gris del sistema nervioso; las regiones bien definidas de sustancia gris dentro del SNC e suelen denominar núcleos, las regiones semejantes de sustancia gris en los nervios periféricos se llaman ganglios.
Casi todos los nervios del sistema nervioso humano son nervios mixtos, es decir, contienen neuronas sensitivas y motrices. Los nervios que contienen predominantemente neuronas sensitivas se denominan nervios sensitivos, mientras que los que contienen sobre todo neuronas motrices se llaman nervios motores.





9 de abril de 2012

SISTEMA NERVIOSO: Introducción


El sistema nervioso está organizado para detectar cambios en el medio interno y externo, evaluar esa información y responder posiblemente iniciando modificaciones en músculos o glándulas. Para hacer más comprensible esta compleja red de líneas de información y circuitos de elaboración, los biólogos han dividido el sistema nervioso en:
- El sistema nervioso central (SNC) es el centro estructural y funcional de todo el sistema nervioso. Formado por el encéfalo y la médula espinal, el SNC integra piezas aferentes de información sensitiva, evalúa la información e inicia una respuesta eferente.
- El sistema nervioso periférico (SNP) está formado por los nervios que están situados en la periferia del sistema nervioso. Los nervios que se originan en el encéfalo se denominan nervios craneales, y los que se originan en la médula espinal, nervios raquídeos. Los nervios craneales y raquídeos y todas sus ramas están constituidas por fibras que forman vías de información centrípetas y vías centrífugas. Por este motivo, suele ser conveniente decir que el SNP consta de dos secciones principales. El sistema nervioso aferente está formado por todas las vías centrípetas sensitivas o aferentes. El sistema nervioso eferente está formado por todas las vías centrífugas motrices o eferentes.
Las vías del sistema nervioso eferente (motor) pueden subdividirse además según los tipos de órganos a los que se dirigen. Las vías del sistema nervioso somático llevan información a los efectores somáticos, que son los músculos esqueléticos. Las vías del sistema nervioso autónomo (SNA) llevan información a los efectores autónomos o viscerales, que son los músculos lisos, el músculo cardíaco y las glándulas. Como su nombre lo indica, el sistema nervioso autónomo es independiente del control voluntario. Las vías del SNA pueden dividirse además en la sección simpática y la sección parasimpática.
La sección simpática consta de vías que salen de las porciones medias de la médula espinal y prepara al cuerpo para resolver amenazas inmediatas al medio interno; produce la respuesta “combatir o huir”. Las vías parasimpáticas salen de las porciones bajas de la médula espinal y coordinan las actividades normales del cuerpo en reposo; esta sección se suele denominar “de reposo y reparación”


8 de abril de 2012

SISTEMA INMUNE: Inmunidad específica


La inmunidad específica es parte de la tercera línea de defensa del cuerpo, se lleva a cabo por dos clases distintas de linfocitos, los linfocitos B y los linfocitos T.
Los linfocitos B no atacan por sí mismos a los organismos patógenos, sino que producen moléculas llamadas anticuerpos, que los atacan o envían a otras células a atacarlos. Por lo tanto, los mecanismos de éstas células B suelen clasificarse como inmunidad mediada por anticuerpos. Como los linfocitos T atacan más directamente a los gérmenes, sus mecanismos inmunitarios se conocen como inmunidad mediada por células.

Linfocitos B e inmunidad mediada por anticuerpos: El desarrollo de los linfocitos B tienen lugar en dos etapas, las células B inactivas y las células B activadas. Las primeras  sintetizan unas pocas moléculas de anticuerpos e introducen en la superficie de su membrana plasmática muchísimas moléculas de anticuerpos.
La activación de las células B puede iniciarse por el encuentro entre una B inactiva y su antígeno específico, es decir, uno cuyos epítopes encajen en los puntos de combinación de los anticuerpos de superficie de estas células. La unión antígeno-anticuerpo las activa, desencadenando una rápida serie de divisiones mitóticas, de este modo, una sola célula B produce un clon o una familia de linfocitos B idénticas; algunas de ellas se diferencian para formar células plasmáticas, y otras no se diferencian por completo sino que permanecen en el tejido linfático y se denominan células B de memoria. Las células plasmáticas sintetizan y secretan grandes cantidades de anticuerpos; las células B de memoria no secretan anticuerpos por sí mismas, pero si más tarde se ven expuestas al antígeno que provocó su formación, se transforman en células plasmáticas y secretan anticuerpos que pueden combinarse con el antígeno iniciador.



Anticuerpos (inmunoglobulinas)
Estructura de las moléculas de anticuerpos: Cada molécula de inmunoglobulina consta de 4 cadenas polipeptídicas (2 cadenas pesadas y 2 cadenas ligeras); cada cadena está plegada intrincadamente para formar regiones globulares que se unen entre sí de tal forma que la molécula de anticuerpo en conjunto tiene forma de Y. Asimismo los anticuerpos poseen una región variable y una constante.
La posición relativa de las regiones variables de las cadenas ligeras y pesadas están directamente opuestas entre sí. Dado que la secuencia de aminoácidos determina la forma, y como en las regiones variables de los distintos anticuerpos hay secuencias distintas de aminoácidos, la forma de los puntos entre las regiones variables también difiere. Al final de cada “brazo” de la molécula de anticuerpo en forma de Y, las formas originales de las regiones variables forman una hendidura que actúa como punto de combinación o punto de unión antigénica. Esta característica estructural es lo que permite a los anticuerpos reconocer  los antígenos específicos y combinarse con ellos.
Clases de anticuerpos: Hay cinco clases de anticuerpos, identificados con nombres de letras, como inmunoglobulinas M, G, A, E y D. La IgM (inmunoglobulina M) es el anticuerpo que sintetizan las células B inmaduras y que introducen en su membrana plasmática; es también la clase de anticuerpo predominante, producido tras el contacto inicial con un antígeno. La IgG es el anticuerpo circulante más abundante, además de predominante de la segunda respuesta de anticuerpos, es decir, la que sigue a contactos posteriores con un determinado antígeno. La IgA es la principal clase de anticuerpos presente en las mucosas del organismo, la saliva y las lágrimas. La IgE puede producir importantes efectos, como los relacionados con las alergias. La IgD está presente en la sangre en cantidades muy pequeñas y todavía se ignora su función exacta.
Funciones de los anticuerpos: Las funciones de los anticuerpos es desarrollar la inmunidad mediada por anticuerpos. Luchan contra la enfermedad, reconociendo en primer lugar las sustancias extrañas o anormales.
El reconocimiento se produce cuando los epítopes (pequeñas regiones de su superficie) de un antígeno encajan en los puntos de unión antigénica de la molécula de anticuerpo y se unen a ella. La unión del antígeno con el anticuerpo forma un complejo antígeno-anticuerpo que puede producir uno o más efectos, por ejemplo, transforma los antígenos que son toxinas en sustancias inocuas. Aglutina los antígenos que son moléculas en la superficie de los gérmenes, lo que permite a su vez que los macrófagos y otros fagocitos los eliminen con mayor rapidez, ingiriendo y digiriendo grandes cantidades de ellos a la vez. La unión del antígeno a los anticuerpos suele producir otro efecto: altera la fórmula del anticuerpo, no demasiado, pero lo bastante como para desencadenar una serie de reacciones que culmina en la destrucción de los gérmenes y otras células extrañas.



Linfocitos T e inmunidad mediada por células: Por definición las células T son linfocitos que han pasado por el timo antes de emigrar a los ganglios linfáticos y al bazo. Durante su estancia en el timo, las células pre-T evolucionan a timocitos; salen del timo en gran cantidad y pasan a la sangre, siguiendo hasta su nueva residencia en zonas de los ganglios linfáticos y del timo llamadas zonas T-dependientes. Desde este momento se conocen como células T.
Los linfocitos T presentan receptores antigénicos en su membrana, cuando un antígeno (procesado previamente y presentado por los macrófagos) encuentra una célula T cuyos receptores de superficie encajan con los epítopes antigénicos, se une a los receptores de la célula. Ello activa o sensibiliza el linfocito T, haciendo que se divida mitóticamente para formar un clon de células T sensibilizadas. Estas viajan al sitio por donde los antígenos penetraron inicialmente en el cuerpo, allí en el tejido inflamado se unen a los antígenos de la misma clase que dio lugar a su formación; sin embargo, sólo se unirán a su antígeno específico cuando éste es presentado por un macrófago. Entonces las células T sensibilizadas, ligadas a un antígeno, enviarán mensajeros químicos a los tejidos inflamados.
Los linfocitos T sensibilizados, que liberan linfotoxinas (poderoso tóxico que actúa destruyendo rápidamente todas las células que ataca), se llaman células T citotóxicas. Otros dos tipos de células T, las T colaboradoras y las T supresoras, regulan la función de los linfocitos B. Las células T colaboradoras ayudan a las células B a distinguir entre células plasmáticas secretoras de anticuerpos; las células T supresoras actúan suprimiendo la diferenciación de los linfocitos B en células plasmáticas. Esta acción antagonista permite que el sistema inmune adapte su respuesta mediada por anticuerpos, las células T colaboradoras y supresoras regulan también otras células T, lo que perfecciona el sistema inmunitario mediado por células.



Tipos de inmunidad específica: Tanto la inmunidad producida por los linfocitos B como la debida a los linfocitos T, también pueden dividirse según la forma en que se desarrollan en inmunidad heredada o inmunidad adquirida.
La inmunidad heredada se presenta cuando se establecen mecanismos inmunitarios, específicos o inespecíficos por procedimientos genéticos, durante las primeras fases del desarrollo humano en el útero.
La inmunidad adquirida es la resistencia que aparece después del nacimiento. Puede dividirse también en inmunidad natural o inmunidad artificial, según como haya expuesto el cuerpo al antígeno. La exposición natural no es deliberada y se produce durante la vida diaria; la exposición artificial o deliberada a antígenos potencialmente nocivos se denomina inmunización. La inmunidad natural y artificial puede ser “activa” o “pasiva”. La inmunidad activa tiene lugar cuando el sistema inmune de un individuo responde a un agente nocivo, independientemente de si éste se encontró naturalmente o artificialmente. Hay inmunidad pasiva cuando la inmunidad a una enfermedad que se ha desarrollado en otro sujeto o animal se transmite a un individuo que no era previamente inmune.

10 de marzo de 2012

SISTEMA INMUNE: Inmunidad inespecífica


Los mecanismos generales de defensa, inespecíficos, del cuerpo son muchos y variados
Resistencia de especie: Indica un fenómeno en el que las características genéticas comunes a una determinada clase de organismo, o especie, ofrecen defensa frente a ciertos gérmenes patógenos. Por ejemplo, la especie humana es resistente a muchas infecciones que se difunden fácilmente entre las plantas y otros animales; el hombre no tiene que preocuparse por adquirir la enfermedad del olmo holandés o de infectarse con el virus del moquillo canino. Por lo general, la resistencia de especie en el hombre es consecuencia de la desfavorabilidad de nuestro medio interno para ciertos gérmenes.
Barreras mecánicas y químicas: El medio interno está protegido por una barrera mecánica continua formada por la membrana cutánea (piel) y las mucosas. Denominadas con frecuencia la primera línea de defensa, estas membranas presentan varias capas de células densamente agrupadas y otros materiales, formando una especie de “muralla” que protege al medio interno frente a la invasión por parte de células extrañas. Además de formar un muro protector, la piel y las mucosas disponen de otros mecanismos adicionales como el sebo, el moco, las enzimas y el ácido clorhídrico de la mucosa gástrica que también pueden actuar como mecanismos de defensa inespecíficos.
Inflamación:
Respuesta inflamatoria: En caso de que las bacterias u otros invasores se abrieran paso a través de las barreras químicas y mecánicas formadas por las membranas y sus secreciones, el cuerpo dispone de una segunda línea de defensa. La respuesta inflamatoria se puede definir como una serie de acontecimientos sucesivos que aparecen como resultado de un estímulo inflamatorio o “agresión”. Inmediatamente después de producirse una lesión, se produce una leve vasoconstricción que sólo dura un momento; los tejidos lesionados liberan una serie de sustancias químicas que afectan a los vasos. Estas sustancias son la histamina, la serotonina y un grupo de compuestos químicamente relacionados denominados cininas. Todas estas sustancias producen vasodilatación y un aumento de la permeabilidad de los vasos, de manera que los componentes de la sangre que normalmente deberían ser retenidos por ésta se pueden filtrar a los espacios hísticos.
El estudio microscópico de los vasos próximos a un punto de lesión muestra que los glóbulos blancos empiezan a acumularse en el vaso cerca de dicho punto y luego se adhieren a la pared. Esta adherencia de los leucocitos continúa hasta que la superficie endotelial del vaso está cubierta por leucocitos adheridos. Al cabo de unos minutos, estas células empiezan a pasar a través del revestimiento endotelial, saliendo de los vasos a los espacios intersticiales cerca de la lesión. Una de las funciones más importantes de muchos leucocitos es la fagocitosis; el paso de las células a la zona de lesión se denomina diapédesis; el término quimiotaxis describe la atracción de los leucocitos, en especial los neutrófilos, a los espacios intersticiales.
Fagocitosis: Es la ingestión y destrucción de microorganismos u otras partículas pequeñas. El tipo más numeroso de fagocitos son los neutrófilos, éstos atraídos por factores quimiotácticos en un proceso llamado diapédesis, emigran del torrente sanguíneo y llegan hasta el punto de la lesión. Su vida es muy corta, por lo que los neutrófilos muertos tienden a “amontonarse” en ese lugar formando la mayor parte de la sustancia blanca llamada pus.



Otro tipo frecuente de fagocito es el macrófago. Los macrófagos son monocitos fagocitarios que después de emigrar del torrente sanguíneo, se desarrollan hasta alcanzar varias veces su tamaño original.



Células asesinas (NK):
Se trata de un grupo de linfocitos que destruyen muchos tipos de células tumorales o infectadas por distintas clases de virus. Las células NK recurren a sistemas distintos de destrucción, la mayoría de los cuales incluyen la lisis (fragmentación) celular, alterando la membrana plasmática.



Interferón: Cuando son invadidas por virus, varios tipos de células responden rápidamente sintetizando la proteína interferón y liberando parte de ella a la circulación. Como su nombre lo indica, interfieren en la capacidad de los virus para provocar enfermedades, impidiéndoles multiplicarse en las células.