15 de septiembre de 2011

SISTEMA CIRCULATORIO: Corazón (2° parte)


Cavidades cardíacas: El interior del corazón está dividido en 4 cámaras; las 2 superiores se denominan aurículas y las 2 inferiores ventrículos. Las cavidades izquierdas están separadas de las derechas por una prolongación de la pared cardíaca llamada septo o tabique.
- Aurículas: suelen denominarse “cavidades receptoras” porque reciben la sangre procedente de los vasos llamados venas, que son los grandes vasos sanguíneos por los que la sangre retorna desde los diversos tejidos al corazón, de modo que pueda ser bombeada de nuevo a los mismos. Las aurículas se contraen y relajan alternadamente para recibir la sangre y enviarla luego a las cavidades inferiores. Al no necesitar gran fuerza para mover la sangre a esa distancia tan corta, su pared miocárdica no es muy gruesa. Las orejuelas forman parte de las aurículas, son aletas en forma de oreja que protruyen en cada aurícula.
- Ventrículos: son las dos cavidades inferiores del corazón. Dado que reciben la sangre de la aurículas y la bombean fuera del corazón a las arterias, se las considera como las “cavidades de bombeo” del corazón; debido a que se requiere más fuerza para bombear la sangre tan lejos, el miocardio de los ventrículos es más grueso que el de las aurículas. El miocardio del ventrículo izquierdo tiene mayor espesor que el del derecho, ya que el primero empuja la sangre a la mayoría de los vasos del cuerpo, mientras que el segundo sólo lo hace a los vasos que riegan los tejidos de intercambio de gases de los pulmones.



- Válvulas cardíacas: son dispositivos mecánicos que permiten en paso de la sangre en una sola dirección. Cuatro juegos de válvulas facilitan el normal funcionamiento del corazón. Dos de ellos, las válvulas auriculoventriculares (AV), custodian las aberturas entre las aurículas y los ventrículos (orificios auriculoventriculares). Estas válvulas se denominan también válvulas cuspídeas. Las otras dos, las válvulas semilunares (SL), están situadas en el punto donde la aorta y la arteria pulmonar arrancan de los ventrículos izquierdo y derecho, respectivamente.
La válvula auriculoventricular que custodia el orificio auriculoventricular derecho, consta de tres valvas (cúspides) de endocardio. El borde libre de cada valva está fijado a los músculos papilares del ventrículo derecho por varias estructuras en forma de cuerda denominadas cuerdas tendinosas. Dado que la válvula auriculoventricular derecha tiene tres valvas, se la llama también válvula tricúspide. La estructura  de la válvula que custodia el orificio auriculoventricular izquierdo es similar a la de la válvula auriculoventricular derecha, excepto en que sólo tiene dos valvas, por lo que se denomina bicúspide, o más frecuentemente válvula mitral.
La construcción de ambas válvulas auriculoventriculares permite que la sangre fluya de las aurículas a los ventrículos, pero impide que retroceda desde éstos a aquéllas. La contracción ventricular empuja con fuerza la sangre de los ventrículos contra las hojas valvulares y las cierra, asegurando así el movimiento ascendente de la sangre hacia la arteria pulmonar y la aorta al contraerse los ventrículos.
Las válvulas semilunares están formadas por valvas con forma de media luna que sobresalen de revestimiento de la arteria pulmonar y de la aorta. La válvula semilunar situada a la entrada de la arteria pulmonar se denomina válvula semilunar pulmonar. La situada a la entrada de la arteria aorta se denomina válvula semilunar aórtica. Cuando están cerradas, la sangre llena los espacios entre las valvas y la pared vascular. En ese momento, cada valva parece un diminuto cubo lleno. La sangre que entra empuja las valvas contra la pared de los vasos, colapsando estos cubos y abriendo las válvulas. El cierre simultáneo de las válvulas semilunares y auriculoventriculares impide que la sangre retroceda y asegura su flujo hacia lugares donde, de no ser así, habría un importante retroceso. Mientras que las válvulas auriculoventriculares impiden que la sangre retroceda desde los ventrículos a las aurículas, las semilunares le impiden volver a los ventrículos desde la aorta y la arteria pulmonar.


SISTEMA CIRCULATORIO: Corazón (1° parte)


Situación del corazón: El corazón humano es un órgano musculoso con 4 cavidades; está situado en el mediastino, inmediatamente detrás del cuerpo del esternón, entre los puntos de unión de la segunda a la sexta costillas. Aproximadamente, dos terceras partes de la masa del corazón se encuentran a la izquierda de la línea media y una tercera parte a la derecha.
Por detrás, el corazón descansa sobre los cuerpos de las vértebras dorsales quinta a octava.
El borde inferior del corazón, que forma una punta redondeada llamada ápex, descansa sobre el diafragma, dirigido hacia la izquierda. El borde superior del corazón, es decir, su base, se encuentra inmediatamente por debajo de la segunda costilla.



Tamaño y forma del corazón: Entre la pubertad y los 25 años de edad, el corazón alcanza la forma y el peso del adulto, aproximadamente unos 310g en el hombre y 225g en la mujer. En el adulto, la forma del corazón tiende a parecerse a la del tórax. En los individuos altos y delgados, se describe frecuentemente como elongado, mientras que en los bajos, rechonchos, su anchura es mayor y se dice que es horizontal. En los sujetos de altura y peso medios no es largo ni horizontal, sino intermedio entre ambas posiciones. Sus dimensiones aproximadas son: longitud 12cm; ancho 9 cm; espesor 6cm.



Cubiertas del corazón:
-  Estructura: el corazón tiene su propia envoltura, un saco inextensible, laxamente ajustado y denominado pericardio. El pericardio consta de dos partes: una fibrosa y otra serosa. El saco propiamente dicho está formado por un tejido fibroso blanco, fuerte, revestido por una serosa lisa y húmeda, la hoja parietal del pericardio seroso. El mismo tipo de serosa cubre toda la superficie externa del corazón. Esta cubierta se conoce como la hoja visceral del pericardio seroso o epicardio. El saco fibroso se fija a los grandes vasos que salen de la parte superior del corazón, pero no al corazón propiamente dicho. Por tanto, se ajusta laxamente alrededor de la víscera cardíaca, dejando un pequeño espacio entre la hoja visceral que se adhiere al corazón y la hoja parietal, unida al interior del saco fibroso. Este espacio se denomina espacio pericárdico. Contiene 10-15ml de líquido lubricante, segregado por la serosa y al que se conoce como líquido pericárdico.
- Función: El saco pericárdico fibroso, con su revestimiento liso, bien lubricado, protege frente a la fricción. Siempre que el pericardio permanezca normal, el corazón se mueve con facilidad dentro de su cubierta no ajustada, sin riesgo de irritarse por la fricción entre ambas superficies.

Estructura del corazón:
- Pared cardíaca: está formada por tres capas distintas de tejido, tanto en las aurículas como en los ventrículos. 1) La capa más externa de la pared cardíaca se denominan epicardio, la hoja visceral del pericardio seroso ya comentado. 2) La masa de la pared cardíaca es la capa media, gruesa y contráctil, de células musculares construidas y dispuestas especialmente, llamada miocardio; este tejido está formado por muchas células ramificadas, reunidas en una masa continua por los discos intercalados. Como cada uno de ellos contiene numerosas uniones de intersticio, grandes zonas de músculo cardíaco están acopladas eléctricamente en una unidad funcional única llamada sincitio. Al formar un sincitio, las células musculares pueden transmitir un potencial de acción por una gran zona de la pared cardíaca, estimulando así la contracción de cada fibra muscular del sincitio. 3) El revestimiento interno de la pared miocárdica es una delicada capa de tejido endotelial llamada endocardio.


SISTEMA DIGESTIVO: Eliminación


El proceso de eliminación es simplemente la expulsión de los residuos de la digestión, las heces, del tracto digestivo. La formación de heces es la función principal del colon.
El acto de expulsar las heces se denomina defecación; ésta es un reflejo desencadenado por la estimulación de los receptores de la mucosa rectal. El recto suele estar vacío hasta que el peristaltismo de masa traslada el material fecal del colon al recto. Esto distiende el recto y produce el deseo de defecar. También estimula el peristaltismo colónico e inicia el reflejo de relajación del esfínter interno del ano.
Como consecuencia del deseo de defecar, pueden realizarse los esfuerzos voluntarios de tensión y relajación del esfínter anal externo. Nótese que se trata de un reflejo que sólo está en parte bajo el control voluntario. Si se inhibe voluntariamente, los receptores rectales empiezan pronto a deprimirse y la urgencia de defecar se pospone hasta horas después, cuando actúe nuevamente el peristaltismo de masa.

SISTEMA DIGESTIVO: Absorción


La absorción consiste en el paso de sustancias (alimentos digeridos, agua, sales y vitaminas) a través de la mucosa intestinal hasta la sangre o la linfa. La mayor parte de la absorción tiene lugar en el intestino delgado, donde existe una amplia superficie proporcionada por las vellosidades y microvellosidades que facilitan este proceso.
Mecanismos de absorción
La absorción de algunas sustancias, como el agua, es sencilla, se realiza por simple difusión u ósmosis. Sin embargo, la absorción de algunas sustancias depende de mecanismos más complejos. El sodio es un buen ejemplo de ello. Las células epiteliales que forman la pared exterior de las vellosidades bombean sodio constantemente desde la luz gastrointestinal (GI) hasta el ambiente interno a través de un complejo proceso denominado transporte activo secundario; este mecanismo mantiene una baja concentración de Na+ dentro de la célula. Así, el Na+ que está en la luz GI difunde hacia adentro de éstas células con Na+ bajo y lo hace mediante unos transportadores pasivos que existen en la superficie luminal de las células, siendo extraído de nuevo por bombas de transporte activo en la membrana basal celular. De hecho, el Na+ solo se mueve fuera de la luz GI porque está siendo bombeado desde el otro lado de las células intestinales.
Otro ejemplo de transporte complejo es el que se lleva a cabo con la glucosa. La glucosa es una molécula relativamente y no puede atravesar la membrana del borde en cepillo de la célula de la mucosa intestinal. Aparte de su tamaño físico, la naturaleza lipídica de la membrana celular representa otra barrera par la absorción de glucosa. Sólo las moléculas solubles en lípidos del tamaño de la glucosa pueden atravesar libremente la barrera lipídica celular; dado que la glucosa es demasiado grande y su naturaleza es hidrofílica, debe atravesar la membrana unida a un transportador para entrar en la célula. Se piensa que los aminoácidos y otros compuestos son absorbidos mediante un mecanismo de transporte activo secundario.
Los ácidos grasos y los monoglicéridos (producto de la digestión de las grasas) y el colesterol son transportados con la ayuda de las sales biliares desde la luz intestinal hasta las células absortivas de las vellosidades. Las sales biliares forman esferas llamadas micelas que rodean los lípidos haciéndolos temporalmente solubles en agua. Cuando las micelas se aproximan al borde en cepillo de las células absortivas, los lípidos se liberan para pasar a través de la membrana celular (puesto que su bicapa lipídica es receptiva a los lípidos) por simple difusión. Una vez dentro de la célula, los ácidos grasos son rápidamente reunidos con los monoglicéridos para formar triglicéridos. El paso final en el transporte de los lípidos en el intestino es la formación de quilomicrones, compuestos fundamentalmente de grasas neutras y algo de colesterol cubiertos por una delicada envoltura proteica. Esta importante envoltura permite a las grasas ser transportadas a través de la linfa al torrente sanguíneo.
Las vitaminas A, D, E y K (liposolubles) también dependen de las sales biliares para su absorción. Algunas vitaminas hidrosolubles, como las del grupo B, son lo suficientemente pequeñas para ser absorbidas por simple difusión; sin embargo, la mayoría necesita un transportador.
La comida no pasa directamente a la circulación general después de la absorción. En lugar de ello, viaja primero por el sistema porta hepático hasta el hígado. Después de la absorción, la sangre que entra en el hígado vía vena porta contiene concentraciones de glucosa, aminoácidos y grasas mayores que la que lo abandona vía vena hepática hacia la circulación sistémica.


SISTEMA DIGESTIVO: Control de la secreción de glándulas digestivas


Las glándulas digestivas exocrinas comienzan a secretar cuando existe comida en el tracto digestivo o cuando ésta se ve, huele o imagina.
- Secreción salivar: La secreción de saliva está controlada por mecanismos reflejos. Los estímulos químicos, mecánicos, olfativos y visuales inician los impulsos aferentes a los centros del tronco del encéfalo, que envían a su vez impulsos eferentes a nuestras glándulas salivares, estimulándolas.
- Secreción gástrica: El estímulo de la secreción del jugo gástrico tiene lugar en tres fases controladas por mecanismos reflejos y químicos. Dado que el estímulo que activa estos mecanismos nace en la cabeza, estómago e intestinos, las tres fases se conocen como fase cefálica, fase gástrica y fase intestinal, respectivamente.
Fase cefálica: se la conoce también como fase psíquica, ya que son factores mentales los que activan el mecanismo; los pensamientos de una comida agradable activan los centros de control en el bulbo raquídeo desde los que las fibras parasimpáticas del nervio vago conducen los impulsos eferentes hasta las glándulas gástricas. Los impulsos del nervio vago también estimulan la producción de gastrina. La gastrina estimula la secreción gástrica, prolongando e intensificando la respuesta.
Fase gástrica: los productos de la digestión proteica de los alimentos que han alcanzado la porción pilórica del estómago estimulan su mucosa para liberar gastrina a la sangre en los capilares del estómago. Cuando ésta circula hasta las glándulas gástricas, la gastrina acelera su secreción de jugo gástrico, que tiene un alto contenido en pepsinógeno y ácido clorhídrico. Esto parece ser un mecanismo que asegura que, cuando la comida esté en el estómago, habrá enzimas suficientes para digerirla. La liberación de gastrina también es estimulada por la distensión gástrica (causada por la presencia de alimento), la que activa los reflejos locales y parasimpáticos en el píloro.
Fase intestinal: diferentes mecanismos parecen ajustarse a la secreción de jugo gástrico a medida que el alimento llega y pasa a través del tracto gastrointestinal. Los experimentos demuestran que las secreciones gástricas se inhiben cuando el alimento, que contiene grasas, carbohidratos y ácido (pH bajo), aparece en el duodeno. Es posible que ocurra por medio de reflejos endócrinos mediados por las hormonas péptido inhibidor gástrico (GIP), secretina, CCK y tal vez algunas más. Estas hormonas son secretadas por células endócrinas de la mucosa duodenal. La secreción gástrica también se puede inhibir por el reflejo enterogástrico parasimpático; así como este reflejo inhibe la motilidad gástrica a medida que la comida comienza  a llenar el duodeno, también puede inhibir la secreción gástrica.
- Secreción pancreática: la secretina estimula la producción del líquido pancreático, pobre en enzimas pero rico en bicarbonato (HCO3-). Este líquido alcalino neutraliza el ácido (alimento) que entra en el duodeno. Como es de esperar, la presencia de ácido en el duodeno es el más potente estimulador de la secretina.
La otra hormona intestinal, conocida como colecistoquinina-pan-creozimina (CCK), es una sustancia química con diversas funciones importantes: 1) hace que el páncreas incremente sus secreciones exocrinas ricas en enzimas; 2) se opone a la influencia de la gastrina sobre las células parietales gástricas, inhibiendo así la secreción de ClH por el estómago, y 3) estimula también la contracción de la vesícula biliar para que la bilis pueda pasar al duodeno.
- Secreción biliar: la bilis se secreta continuamente por el hígado y se almacena en la vesícula biliar hasta que se necesita en el duodeno; las hormonas secretina y CCK estimulan la eyección de bilis por parte de la vesícula biliar.
- Secreción intestinal: se sabe relativamente poco acerca de la regulación de las secreciones exocrinas intestinales. Algunos hechos sugieren que la mucosa intestinal, estimulada por el ácido clorhídrico y los productos alimenticios, libera hormonas a la sangre, incluyendo el péptido intestinal vasoactivo (VIP), que aumenta la producción de jugo intestinal. Las secreciones intestinales contienen bicarbonato, que junto con el bicarbonato pancreático, neutraliza el ácido del estómago. La secreción de bicarbonato se regula posiblemente por un reflejo sensible a cambios en el pH del alimento semidigerido. Se supone que ciertos mecanismos nerviosos ayudan a controlar la secreción del jugo intestinal.