La
absorción consiste en el paso de sustancias (alimentos digeridos, agua, sales y
vitaminas) a través de la mucosa intestinal hasta la sangre o la linfa. La
mayor parte de la absorción tiene lugar en el intestino delgado, donde existe
una amplia superficie proporcionada por las vellosidades y microvellosidades
que facilitan este proceso.
Mecanismos de absorción
La
absorción de algunas sustancias, como el agua, es sencilla, se realiza por
simple difusión u ósmosis. Sin embargo, la absorción de algunas
sustancias depende de mecanismos más complejos. El sodio es un buen ejemplo de
ello. Las células epiteliales que forman la pared exterior de las vellosidades
bombean sodio constantemente desde la luz gastrointestinal (GI) hasta el
ambiente interno a través de un complejo proceso denominado transporte activo secundario; este
mecanismo mantiene una baja concentración de Na+ dentro de la célula.
Así, el Na+ que está en la luz GI difunde hacia adentro de éstas
células con Na+ bajo y lo hace mediante unos transportadores pasivos que
existen en la superficie luminal de las células, siendo extraído de nuevo por
bombas de transporte activo en la membrana basal celular. De hecho, el Na+
solo se mueve fuera de la luz GI porque está siendo bombeado desde el otro lado
de las células intestinales.
Otro
ejemplo de transporte complejo es el que se lleva a cabo con la glucosa. La
glucosa es una molécula relativamente y no puede atravesar la membrana del
borde en cepillo de la célula de la mucosa intestinal. Aparte de su tamaño
físico, la naturaleza lipídica de la membrana celular representa otra barrera
par la absorción de glucosa. Sólo las moléculas solubles en lípidos del tamaño
de la glucosa pueden atravesar libremente la barrera lipídica celular; dado que
la glucosa es demasiado grande y su naturaleza es hidrofílica, debe atravesar
la membrana unida a un transportador para entrar en la célula. Se piensa que
los aminoácidos y otros compuestos son absorbidos mediante un mecanismo de transporte activo secundario.
Los
ácidos grasos y los monoglicéridos (producto de la digestión de las grasas) y
el colesterol son transportados con la ayuda de las sales biliares desde la luz
intestinal hasta las células absortivas de las vellosidades. Las sales biliares
forman esferas llamadas micelas que
rodean los lípidos haciéndolos temporalmente solubles en agua. Cuando las
micelas se aproximan al borde en cepillo de las células absortivas, los lípidos
se liberan para pasar a través de la membrana celular (puesto que su bicapa
lipídica es receptiva a los lípidos) por simple difusión. Una vez dentro de la célula, los ácidos grasos son
rápidamente reunidos con los monoglicéridos para formar triglicéridos. El paso
final en el transporte de los lípidos en el intestino es la formación de quilomicrones, compuestos fundamentalmente
de grasas neutras y algo de colesterol cubiertos por una delicada envoltura
proteica. Esta importante envoltura permite a las grasas ser transportadas a través
de la linfa al torrente sanguíneo.
Las
vitaminas A, D, E y K (liposolubles) también dependen de las sales biliares
para su absorción. Algunas vitaminas hidrosolubles, como las del grupo B, son
lo suficientemente pequeñas para ser absorbidas por simple difusión; sin
embargo, la mayoría necesita un transportador.
La
comida no pasa directamente a la circulación general después de la absorción.
En lugar de ello, viaja primero por el sistema porta hepático hasta el hígado.
Después de la absorción, la sangre que entra en el hígado vía vena porta
contiene concentraciones de glucosa, aminoácidos y grasas mayores que la que lo
abandona vía vena hepática hacia la circulación sistémica.
Es muy bueno esta informasion tiene de todo
ResponderEliminarMuy buena respuesta
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